El programa se ha dividido en tres fases: una primera parte teórico-práctica que hemos llevado a cabo desde octubre hasta enero junto a un grupo de seis vecinas de esta localidad de 14.000 habitantes.
Durante las sesiones hemos hablado de desigualdad, poder, cuidados, ecología, alimentación, miedos, cultura y activismo.
En esta primera fase contamos con tres invitadas: Yurelkis Arrieta Gómez, lideresa social en Colombia a quien pudimos entrevistar para conocer las experiencias y el trabajo que desarrolla Yurelkis en San José del Playón, zona rural en la que ella reside; Ana López Fernández, con quien tuvimos una sesión de arteterapia, y Saúl Sánchez Arcila que nos habló sobre la alimentación holística como una práctica de autocuidado.
Durante las sesiones hemos trabajado en la construcción de relatos sobre lo que significa para ellas ser mujeres rurales. «Gracias a este proceso, que te abre los ojos, te hace ganar madurez y confianza he ganado libertad de pensamiento y de hacer lo que me apetezca. He ganado mucha paz mental”, cuenta Eva Palacios, una de las participantes.
La segunda fase ha sido un laboratorio de creatividad que hemos desarrollado durante febrero y marzo en el que las participantes crearon los relatos y mensajes que querían representar. En esta fase hemos contado con una invitada: Alba Mezcúa con quien realizamos un taller de fanzines.
La tercera fase ha consistido en la realización de cuatro murales, junto al colectivo Dúo Amazonas, para comunicar los valores escogidos. Esta intervención del espacio público se realizó del 19 al 26 de marzo en La Solana.
Valentía, fortaleza, redes de apoyo, trabajo duro y empoderamiento son los valores que las participantes escogieron para representar la identidad de las mujeres rurales de La Solana.
MURALISTAS
Lina Castellanos y Nati Andreoli, muralistas y fundadoras de Dúo Amazonas crearon cuatro piezas pictóricas de gran formato en el parque municipal, el cine, la caseta y el campo de fútbol para representar los relatos creados en el programa. Se propone así un circuito artístico en el espacio público para que la ciudadanía pueda disfrutar del arte al aire libre.
“Para nosotras el uso del espacio público, de los muros y las calles como lienzo propone un intercambio evidente entre la obra, quienes la realizan, el lugar en que se sitúa y las personas que habitan ese lugar”, cuenta Lina.
NO TEMO AL QUÉ DIRÁN
El primer mural ‘No temo al qué dirán’ se realizó de manera participativa junto a las participantes del programa y algunas personas que se acercaron durante el día a colaborar.
“Es importante que cada quien defienda cómo quiere vivir su vida sin importarle el qué dirán pero esto en un pueblo pequeño a veces es complicado”, explica Ana María, una de las participantes.
LAS QUESERAS
El segundo mural ‘Las Queseras’ reconoce la iniciativa y el esfuerzo que han realizado muchas mujeres de manera invisibilizada y artesanal para sostener sus comunidades.
La imagen en la que está basada la obra, al igual que la de Las Vendimiadoras, es una foto de archivo recuperada de un grupo de vecinas y vecinos de La Solana.
JUEGA
El tercer mural ‘Juega’ muestra a un grupo de mujeres de diversas edades jugando y divirtiéndose juntas en un acto de sororidad y apoyo mutuo.
Se reconoce así la importancia que tiene el tejido asociativo impulsado por las mujeres en las zonas rurales y la necesidad de contar con espacios de cuidados colectivos.
Parte de este mural se realizó de manera participativa junto a las técnicas del Centro de la Mujer, la asociación de Viudas, la asociación de Mujeres, la asociación de Fibromialgia, el Centro Ocupacional y vecinas que se acercaron a participar durante dos jornadas completas.
“He pasado una tarde estupenda y muy liberadora. Me ha encantado la experiencia y la ilusión que hay en este proyecto”, cuenta una de las participantes.
LAS VENDIMIADORAS
‘Las Vendimiadoras’ es el cuarto mural y el que tiene mayor tamaño. Se puede visitar en la fachada del cine ubicada en el centro de la localidad.
El cuadro se inspira en una fotografía en la que dos mujeres cargan un capacho durante la vendimia. En él se transmite la fortaleza y trabajo duro que han realizado históricamente las mujeres