¿QUÉ SON LOS CUIDADOS?
Los cuidados son aquellas tareas y actividades cotidianas necesarias para la reproducción y el mantenimiento de la vida.
Al hablar de cuidados nos estamos refiriendo a todas las tareas que realizamos para proporcionar bienestar emocional, físico y psíquico con la intención de cubrir las necesidades diversas que tenemos a lo largo de la vida.
Por ejemplo: La crianza (cambiar pañales, hacer purés, pasear, llevar y recoger del colegio, jugar a la pelota, enseñar a leer, acompañar en su etapa educativa…).
El cuidado a personas enfermas (acompañarlas al sistema médico, proporcionarles cariño, encargarse de sus tareas reproductivas…) E incluso son tareas de cuidados aquellas que contribuyen a nuestro equilibrio físico, psíquico y espiritual (acariciar, masajear, escuchar, cuidar la higiene e imagen personal, alimentar las relaciones, establecer redes de amistad, compartir, colaborar…); celebrar y despedir la vida; gestionar el presupuesto del hogar; procurar una alimentación saludable y equilibrada; ordenar y mantener limpios los espacios que habitamos, y una larga lista de acciones.
Los cuidados, por lo tanto, son la necesidad básica y diaria, imprescindible. Yayo Herrero López, antropóloga, ingeniera, profesora y activista ecofeminista española, asegura que: «La vida humana no se sostiene sola, hay que cuidarla para que sea viable. Su cuidado implica la vida en comunidad y la interacción con la naturaleza. […]».
A pesar de ser tareas imprescindibles, el ámbito de los cuidados se ha vinculado con las mujeres en los últimos milenios.
Existe una clara inequidad de género en la responsabilidad de cuidado que está fundamentada en las lógicas de un sistema capitalista y patriarcal en el que la división social del trabajo se ha naturalizado.
El trabajo reproductivo no remunerado que realizan las mujeres es la clave para el surgimiento y el mantenimiento de la economía capitalista.
El conflicto capital-vida pone en evidencia la insostebilidad del sistema capitalista ya que su objetivo es el beneficio privado y la acumulación de capital en pocas manos para lo cual requiere de un crecimiento sin límites.
La economía capitalista entiende la vida como mercancía al servicio del capital y asimila el concepto de trabajo al empleo asalariado.
Otorga más valor a las personas sobre el resto de la naturaleza, sobre otros animales y territorios. Y además, establece una jerarquía entre las personas.
Desde la economía feminista y la Economía Social y Solidaria se propone entender la economía como todos aquellos procesos que sostienen la vida. Se plantea un modelo basado en valores como la interdependencia, la ecodependencia y la equidad.
- Interdepencia para comprender que desde que nacemos necesitamos del cuidado de otras personas.
- Ecodependencia para visibilizar que nuestra vida depende de la naturaleza
- Equidad para buscar justicia e igualdad de oportunidades y derechos.
Colocar la vida en el centro significa, en síntesis, priorizar los procesos que aseguren el sostenimiento de la vida. Desde estos enfoques nos planteamos las formaciones que giran en torno a los cuidados y que están dirigidas a diferentes públicos objetivos.
¿QUÉ ES LA PEDAGOGÍA DEL CUIDADO?
La cultura del cuidado implica entender el cuidado como cambio cultural para aproximarnos al mundo como espacio de convivencia y relación horizontal en la que nos relaciones a través de la cooperación, la confianza y la ayuda mutua.
Para ello proponemos varias acciones basadas en el Marco Teórico elaborado por InteRed:
- Reconocer los cuidados: Comprender cuáles son las acciones de cuidados y qué suponen los cuidados comprendiendo que garantizan la reproducción social. Es decir, permiten que la vida continúe y no extinga. El reconocimiento nos permite otorgarles un valor importante en nuestra existencia y contribuye a priorizarlos a la hora de tomar decisiones, políticas, educativas, culturales, económicas y de todo tipo.
- Analizar la organización social de los cuidados para comprender cómo se da la reproducción social y el modelo socio-económico actual.
- Comprender la crisis de cuidados de las sociedades occidentales y que afecta a nuestra calidad de vida, la posibilidad de disfrutar de ella y de vivirla en pleno disfrute de nuestros derechos.
- Capacitarnos (adquirir las competencias necesarias) para organizar la sociedad y orientar su modo de funcionar al cuidado de las personas y el medio ambiente. Estableciendo todas las relaciones posibles con los derechos humanos, garantizando su cumplimiento y los cuidados necesarios. También conlleva ver qué personas y grupos son sujetos de derechos que están siendo vulnerados y qué cuidados requieren para satisfacerlos. Esta capacitación nos permite exigir su cumplimiento a los sujetos de obligaciones y responsabilidades, es decir, que hagan todo lo preciso para garantizar que las personas y el medioambiente reciben los cuidados necesarios.
- Denunciar las cadenas globales de cuidados en condiciones de explotación. Para tratar de compensar esta crisis de cuidados, algunos hogares han recurrido al empleo de mujeres migrantes. Estas mujeres extranjeras son a su vez las principales responsables de los cuidados de sus familias de origen, las cuales dejan al cargo de otras mujeres, formando lo que se conoce como cadenas globales de cuidados. La lucha por los derechos de las empleadas domésticas y de servicios de cuidado, y por la mejora de sus condiciones de trabajo contribuye a la revalorización social del trabajo de cuidados.
- Reconocer nuestra responsabilidad de cuidados: dar respuestas conscientes acordes con lo que hemos descubierto. Por ejemplo, desempeñando de forma corresponsable las tareas de cuidados si es el caso, o exigiendo la corresponsabilidad de los hombres, las empresas, el Estado, las clases sociales elevadas, los países enriquecidos… en el cuidado de todas las personas y grupos y de la Naturaleza.
- Educar en el cuidado desde lo individual hasta lo colectivo para que transformemos nuestros modos de vida y a la vez nos organicemos para actuar colectivamente también.
OBJETIVOS DE LAS FORMACIONES EN CUIDADOS
- Fomentar espacios y prácticas de autocuidado
- Sensibilizar a la población sobre el cuidado desde una perspectiva de género, interseccional y de derechos humanos que promueva la corresponsabilidad entre mujeres y hombres, Estado, mercado, familias y comunidad favoreciendo un mayor conocimiento y un cambio de actitudes hacia esta realidad.
- Reconocer y valorar las tareas de cuidados.
- Sensibilizar al público objetivo del cuidado para ser agentes del cambio, favoreciendo la mirada hacia el cuidado desde el compromiso de responsabilidad compartida y un valor que sitúa a las personas en el centro.
- Prevenir situaciones de discriminaciones múltiples.
- Explorar nuevas formas de ciudadanía, más incluyentes, cuidadosas y respetuosas con la diversidad, apoyadas en el pleno reconocimiento de la dignidad humana y la igualdad de derechos.